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El CNHM y Unicatólica conmemoran los 20 años del asesinato de Monseñor Isaías Duarte Cancino con un documental y una multimedia

  • Este 16 de marzo, a las 2 p.m., será el lanzamiento de esta iniciativa de memoria histórica, realizados por el CNMH y Unicatólica, que abordan la figura del arzobispo de Cali desde su acción pastoral y su relevancia en el contexto del conflicto armado y la paz. Habrá transmisión en vivo.
  • Monseñor Isaías Duarte es recordado por su papel determinante en la mediación humanitaria entre los actores armados, el empresariado y la institucionalidad local y regional.

Este 16 de marzo, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium (Unicatólica) conmemorarán, en Cali, los 20 años del asesinato de Monseñor Isaías Duarte Cancino, reconocido como mediador de paz en nuestro país y defensor de los derechos humanos.
Para recordar y honrar la memoria del extinto arzobispo de Cali, se lanzarán un documental y un especial multimedia que destacan la figura del sacerdote en relación con la dignidad humana y las mediaciones de paz a lo largo de su trayectoria de vida, productos que están encaminados a difundir su obra entre las nuevas generaciones.

Monseñor Duarte Cancino fue protagonista en las mediaciones humanitarias entre los actores armados, el empresariado y la institucionalidad local y regional. Entre sus gestiones humanitarias se destaca el apoyo a los procesos de desmovilización de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU). Como arzobispo de Cali, estuvo al frente de las gestiones por la liberación de los secuestrados por ELN en la iglesia La María, en 1999, y del Kilómetro 18, en 2000; además lideró programas dirigidos a población desplazada y la exigibilidad de los derechos humanos.

El lanzamiento del documental y el especial multimedia será el miércoles 16 de marzo a las 2:00 p.m., en la sede Pance de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, en los auditorios 1 y 2 del Centro de Investigaciones. Ambos productos audiovisuales son el resultado de una iniciativa de memoria histórica en la que han trabajado la Unicatólica y el CNMH, con el propósito de abordar la figura de Monseñor Isaías Duarte desde su acción pastoral y su relevancia en el contexto del conflicto armado y la paz. El acto será transmitido en vivo a través de la cuenta de Facebook del CNMH, @CentroMemoriaH.

Rubén Darío Acevedo, director del CNMH, manifestó que “esta fecha es la oportunidad de hacer un nuevo reconocimiento a Monseñor Isaías Duarte Cancino, quien ha ocupado un papel fundamental en la historia reciente de Colombia. Fue un hombre que dedicó su vocación religiosa a la solución pacífica de los conflictos y trabajó incansablemente por la defensa de los derechos humanos; siempre defendió a los más necesitados y criticó las desigualdades, las discriminaciones y todo tipo de violencias. La mejor manera de recordarlo es volver a sus obras, sus memorias, y entender su importancia en el contexto del conflicto y la paz de los colombianos”.

Alberto Moreno, director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH, indicó que el evento “permitirá analizar el compromiso social y las mediaciones de paz de Monseñor Isaías Duarte como ejemplo para el contexto actual de recrudecimiento de la violencia en la región Pacífica, partiendo de los procesos que él mismo lideró en Apartadó y Cali, en los que hubo escucha activa de empresarios, actores armados, comunidades afectadas, apoyos internacionales y las entidades gubernamentales locales”. En este espacio también se abordarán los retos actuales de la comunidad católica con procesos sociales y comunitarios en la ciudad de Cali.

Sobre Monseñor Isaías Duarte Cancino

Monseñor Isaías Duarte Cancino (1939-2002) ha ocupado un lugar relevante pero a la vez desconocido en la historia reciente de Colombia. A su larga trayectoria pastoral, que comenzó con su ordenación sacerdotal en el departamento de Santander en 1963, y culminó como Arzobispo de la ciudad de Santiago de Cali (Valle del Cauca), sumó una condición particular: su postura contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Desde sus inicios en el seminario de Pamplona (Santander), dejó ver clara su opción por los más necesitados y las comunidades que más sufren por cuenta de las desigualdades, las discriminaciones y todo tipo de violencias.

Así mismo, creyó firmemente que la única opción de transformación de esas duras realidades era aproximándose a ellas desde el mensaje de amor y compasión, siguiendo el legado de Jesús. Monseñor Duarte Cancino marcó distancia de otras opciones que por esa misma época, y desde el mismo cristianismo (Teología de la Liberación), postulaban la lucha armada como camino legítimo para impulsar transformaciones políticas y sociales. Durante su estancia en la región de Urabá (Antioquia), donde ejerció como Arzobispo de la Diócesis de Apartadó, debió hacer frente a los complejos desafíos de la violencia y el conflicto armado. Allí, en medio de la acción violenta de grupos de guerrilla y paramilitares, estuvo siempre del lado de la gente y de las víctimas.

Además de congraciarse con las comunidades, a partir de su vocación religiosa y humana, Monseñor Duarte Cancino adelantó mediaciones humanitarias tanto con los actores armados, el empresariado asociado a la producción y exportación del banano, así como con la institucionalidad local y regional. Entre esos agenciamientos de paz se destacan sus apoyos a los procesos de desmovilización de la guerrilla Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).

Su posterior llegada al Valle del Cauca, cuando fue nombrado por el Papa Juan Pablo II como Arzobispo de Cali, en 1995, no significó retos menores. Allí acompañó a las víctimas y estuvo al frente de la lucha por la libertad en los casos de los secuestros por parte del ELN en la Iglesia La María (mayo de 1999) y del Km 18 (octubre de 2000). Su acción en favor de la paz y la dignidad humana también se expresó en la implementación de programas de apoyo a la población desplazada por la violencia, la promoción y la exigibilidad de los derechos humanos, además, de la construcción de proyectos educativos para la población vulnerable o la asistencia alimentaria para los más necesitados.

Desde luego, Monseñor Isaías Duarte Cancino tuvo posturas que incomodaron a muchos sectores en la ilegalidad, incluido el narcotráfico, y a menudo fue incomprendido en acciones como las mediaciones humanitarias y de paz que desarrolló con los grupos paramilitares. Asimismo, quienes le conocieron de cerca atestiguan que como ser humano se movía entre certezas e incertidumbres, entre la esperanza y la frustración, entre la alegría y la tristeza, y no pocas veces el enojo. Los estallidos de su temperamento solían ser tan frecuentes como su disposición permanente para aceptar el equívoco, ofrecer disculpas y recomponer el diálogo. Así lo testimonian compañeros suyos como el actual Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve: "Si se trataba de rectificar sus propias faltas, no importaba la hora, así fuera en la madrugada".