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Una familia desplazada tras la masacre de Mapiripán retornó a sus tierras abandonadas

La alegría del retorno al campo iluminó los rostros de la familia Naranjo, sobreviviente a la masacre de Mapiripán, que, luego de 25 años del destierro ocasionado por ese trágico hecho, regresó a su predio de 132 hectáreas, ubicado en la Vereda Caño Evaristo.

La entrega de esta propiedad fue el resultado del trabajo liderado por la Unidad de Restitución de Tierras, con el acompañamiento de Ejército, Policía, Armada Nacional y un Juez promiscuo municipal; en cumplimiento de la orden del Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado de Restitución de Tierras de Villavicencio. 

En el año 1996, los hoy restituidos compraron el terreno en el que se dedicaron a cultivar maíz, cacao, algodón, plátano, caña de azúcar, además de la cría ganado bovino. Corría 1997 cuando comenzaron a presentarse enfrentamientos entre la guerrilla y grupos paramilitares que llegaron a la zona, procedentes del norte del país. Como consecuencia de ello, decidieron viajar a Villavicencio, pero días después, el jefe del hogar regresó solo al predio.

En julio de ese mismo año, cuando ocurrió la masacre perpetrada por los paramilitares, el señor Naranjo se encontraba en la finca junto con el encargado. Al al escuchar los disparos, ambos salieron corriendo rumbo a la sabana; lo que milagrosamente les permitió escapar hacia un sitio seguro, desde donde lograron huir a Villavicencio.  

Con la Ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, los Naranjo acudieron a la Unidad, que, a través de un adecuado acompañamiento, logró que les devolvieran sus tierras abandonadas forzosamente.

Pero como la política de restitución del Estado va más allá de la entrega material de las tierras despojadas, puesto que contribuye a transformar las vidas de los beneficiarios, a quienes retornan a los predios que les pertenecen en forma legítima y desarrollan una actividad productiva, como es el caso de los Naranjo, se les garantiza su sostenibilidad económica.

En razón a ello, la Unidad también les brindará acompañamiento para la implementación de su iniciativa y les otorgará un subsidio por valor hasta de 40 salarios mínimos legales vigentes, con el fin de que lo pongan en marcha.

A la fecha, la Unidad de Restitución de Tierras ha devuelto 1.000 hectáreas a sus legítimos dueños en Mapiripán, en cumplimiento de las 45 sentencias proferidas por la justicia en este municipio metense.