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Dirección de Acuerdos lanzará el informe sobre el accionar del Bloque Central Bolívar en Antioquia y el Eje Cafetero

  • Este informe hace parte de la segunda fase de la investigación sobre el Bloque Central Bolívar, la cual desarrolla la trayectoria orgánica de las estructuras asociadas al BCB que se desprendieron de la jefatura de Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco.
  • La violencia del BCB fue tal que, en medio del híbrido de la violencia paramilitar y la violencia narcotraficante, se constituyeron fosas comunes debajo de los centros de mando y bases de los propios victimarios.

La Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) presentará en Puerto Berrio, Antioquia, el 10 de noviembre, el informe N° 16 denominado El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Tomo I. Mataron a la gente por matarla: el BCB en Antioquia y el Eje Cafetero. Este informe hace parte de la segunda fase de la investigación sobre el Bloque Central Bolívar (BCB), la cual desarrolla la trayectoria orgánica de las estructuras asociadas al BCB que se desprendieron de la jefatura de Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, en varias regiones del país. Por otra parte, el primer informe de la serie sobre el BCB que se publicó y se lanzó en 2021fue Arrasamiento y control paramilitar en el sur de Bolívar y Santander. Bloque Central Bolívar. 

En el informe que se entregará a las comunidades de Antioquia y el Eje Cafetero se abordan los antecedentes, origen, despliegue, expansión y desmovilización de los frentes que se desplegaron sobre el Magdalena Medio Antioqueño y las estructuras que se posicionaron en el Eje Cafetero bajo el liderazgo de Iván Roberto Duque y otros comandantes cercanos a la cúpula del BCB. El avance paramilitar del BCB en la región estuvo determinado por una violencia indiscriminada que facilitó la imposición de un orden paramilitar donde no era posible la disidencia política, así como el control de distintas economías legales e ilegales, en las que el narcotráfico era no sólo combustible de la guerra sino un direccionador del accionar de las estructuras.

Metodología

Para la realización de este informe se seleccionó una muestra representativa de los 147 relatos de las personas desmovilizadas de las estructuras del BCB estudiadas y que hicieron parte del Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad. También, se recogieron 65 contribuciones voluntarias que incluyeron principalmente las voces de víctimas y testigos, pero también a varios de los excomandantes paramilitares. Además, se realizaron talleres de Memoria y de validación con las comunidades de Antioquia y el Eje Cafetero.

En la revisión del estado del arte se consultaron más de 1.200 noticias en los archivos de prensa del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), El Tiempo y diarios regionales. Entre tanto, fueron considerados 31 documentos judiciales, incluyendo las cuatro sentencias de Justicia y Paz sobre el BCB, acciones de tutela, casos de la justicia ordinaria y dossiers de la Fiscalía, entre otros documentos judiciales. Se revisaron, además, 156 documentos académicos entre libros del CNMH, investigaciones periodísticas, artículos de revistas y tesis de pregrado y maestría.

Hallazgos

Los cinco frentes de Antioquia tuvieron presencia en la totalidad de los 24 municipios de las regiones del bajo Cauca, nordeste y Magdalena Medio Antioqueño, mientras que los frentes Guática y Pipintá tuvieron influencia en los 14 municipios que componen el departamento de Risaralda, en 19 de los 24 municipios de Caldas y en tres municipios cercanos al Valle del Cauca y Chocó.

El avance paramilitar en Antioquia se consolidó alrededor de la figura de Macaco y otros narcotraficantes de la región que financiaron el accionar paramilitar, lo que facilitó el control de distintas rentas legales e ilegales como la coca y la minería. Precisamente, los anillos de seguridad de Macaco, relacionados con el “Bloque Negro” y los entonces “Caparrapos”, que funcionaban como la seguridad del “capo paramilitar” terminaron desmovilizándose bajo la denominación ficticia y tardía de Autodefensas Campesinas del Bajo Cauca Oriental.

De igual forma, las estructuras que operaron en Risaralda y Caldas se organizaron en torno a las figuras de Ernesto Báez y Macaco y se convirtieron en fortines de la línea narcotraficante del BCB, llevando una ola de terror al territorio. El despliegue de las estructuras implicó alianzas y asociaciones con estructuras narcotraficantes como el Cartel del Norte del Valle y permitió la consolidación de imperios de ilegalidad tales como “la ciudadela de Macaco” en Santuario, un enorme conglomerado de laboratorios y cristalizaderos desmantelados en 2004. 

La violencia del BCB fue tal que, en medio del híbrido de la violencia paramilitar y la violencia narcotraficante, se constituyeron fosas comunes debajo de los centros de mando y bases de los propios victimarios, que vivieron lo que han denominado una experiencia sobrenatural relacionada con los espíritus de las víctimas sepultadas bajo la escuela de La Esperanza.

La búsqueda por establecer un corredor hacia el Pacífico llevó a las estructuras del BCB en Risaralda a incursionar en el sur del Chocó, especialmente en San José del Palmar donde se enfrentaron con facciones narcotraficantes, guerrillas y Fuerza Pública. Muchos de estos grupos fueron reacios a la negociación y desmovilización y funcionaron como semilla de expresiones de grupos armados ilegales posdesmovilización. 

CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA | 28 de Octubre de 2024
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