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Diez propuestas de la sociedad civil para volver a iluminar la memoria histórica

Territorializar y descentralizar los procesos de reconstrucción de memoria, promover diálogos amplios en las regiones y reconocer que no hay un único relato de la guerra son, entre otros, los llamados que víctimas, sobrevivientes y organizaciones sociales

Volver a iluminar la memoria; renovar la confianza y los compromisos sociales que durante décadas se han construido; aliarnos y articularnos de nuevas maneras para seguir reconstruyéndola, narrándola y visibilizándola; hacer de las memorias de nuestras comunidades un camino hacia la transformación cultural de Colombia; obrar con quienes ya vienen construyendo; fortalecer los ejercicios de memoria que existen en los territorios; recoger sus victorias y aprendizajes; ir a las raíces más profundas de la guerra y develarlas, y vincular a toda la sociedad en la reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro del país. 


Estos son algunos de los anhelos que sobrevivientes del conflicto armado, organizaciones sociales, líderes y lideresas comunitarias, colectivos artísticos de mujeres y de jóvenes, investigadores, comunicadores alternativos, representantes de iniciativas territoriales y lugares por la memoria, e integrantes de pueblos étnicos y comunidades campesinas compartieron con el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) durante la Semana por la Memoria, que tuvo lugar entre el 5 y el 10 de diciembre de 2022. 


Esa semana se realizaron varias conversaciones, juntanzas y presentaciones en las que se intercambiaron ideas, demandas y propuestas sobre los posibles caminos, acciones y políticas de la memoria histórica en el país, así como sobre el lugar que la sociedad civil e instituciones como el CNMH deberían jugar en la tarea colectiva de darles impulso, vuelo, trascendencia y horizontes a las memorias y verdades del conflicto armado colombiano. 


El CNMH registró esas conversaciones y las sistematizó. De manera que, el pasado 9 de marzo de 2023, durante un encuentro celebrado en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, en Bogotá, se presentaron las conclusiones a las personas, colectivos y organizaciones que participaron de las juntanzas el pasado diciembre. 


Las demandas, ideas y propuestas de los y las participantes de la Semana por la Memoria se sintetizan en diez puntos, que el CNMH reconoce como claves para dar continuidad a las juntanzas y encuentros con organizaciones sociales y de víctimas, procesos comunitarios, iniciativas de memoria, universidades y grupos de investigación en diversas regiones del país. Se espera avanzar hacia procesos amplios y participativos de memoria que se piensen y se gesten en este nuevo camino.

  1. Territorialización


La descentralización, regionalización y territorialización de los procesos del CNMH fue una de las principales conclusiones durante la Semana por la Memoria. Los y las participantes de las juntanzas pusieron sobre la mesa la necesidad de que la entidad cambie sus formas de relacionamiento con los territorios e implemente nuevas metodologías de despliegue territorial.


Atendiendo a esta demanda —explica María Gaitán, directora del CNMH—, «se ha iniciado la implementación de nuestra estrategia de territorialización, que incluye la creación de nueve equipos de trabajo territoriales y 21 equipos móviles que serán conformados por profesionales de los territorios». La intención, agrega Gaitán, es que «las memorias sean escuchadas y recogidas por quienes han luchado por ellas». 


  1. Memorias en plural y en diversidad

Otro de los sentires compartidos por las participantes tiene que ver con la necesidad de reconocer la pluralidad y la diversidad de las memorias del conflicto armado en Colombia. En ese sentido, reclaman que los futuros procesos de memoria histórica no pretendan oficializar un solo relato sobre lo ocurrido, sino que garanticen la pluralidad, la diversidad y la inclusión de «todas las memorias todas», tal como rezaba la consigna de la Semana por la Memoria de 2022.


  1. Participación efectiva de las víctimas

Para garantizar que el relato producido sobre el conflicto armado, sus impactos, las prácticas de resistencia a la guerra, la apuestas por construir memoria y las iniciativas territoriales tengan una representación efectiva, incluyente y vinculante, los y las participantes de las juntanzas solicitaron modificar el consejo directivo del CNMH y asegurar que las víctimas y sus procesos organizativos tengan allí una participación paritaria con las entidades estatales del nivel central. 


«Una genuina territorialización del CNMH también pasa por permitir que las víctimas tomen decisiones sobre el rumbo, funcionamiento y despliegue de la entidad», señala William Wilches Sánchez, director del Museo Caquetá. 


  1. Relacionamiento de la sociedad y el Centro Nacional de Memoria Histórica


La recuperación de la confianza de la sociedad en el CNMH es uno de los principales retos identificados por los y las participantes de la Semana por la Memoria, quienes señalan que la reconstrucción de este vínculo solo será posible si se cambian las formas de relacionamiento de la entidad con los procesos sociales, comunitarios y de víctimas vinculados con la memoria de las regiones y del país. 


  1. Diálogos territoriales para encontrarnos y articularnos efectivamente

Para renovar las formas de articulación entre la sociedad y el CNMH, se propone realizar una serie de diálogos territoriales que permitan el reconocimiento de narrativas, memorias plurales y prácticas diversas. Esta metodología, según los participantes, también aporta al cambio en el relacionamiento con las organizaciones de la sociedad civil y a la participación efectiva de las víctimas. Como recalca María Gaitán:

El proceso de escucha, las conversaciones y las juntanzas que iniciaron en diciembre se mantienen. Seguimos caminando por todas las regiones del país y los diálogos territoriales serán claves para continuar aprendiendo y recogiendo ideas para fortalecer los procesos de memoria histórica. La escucha y el diálogo son la columna vertebral de nuestras acciones. 


  1. Otras narrativas para contar lo que nos sucedió como país


Desde diferentes colectivos y organizaciones se instó al CNMH a que se reconozca que la narrativa sobre el conflicto armado, sus impactos, resistencias y estrategias de afrontamiento no solo pueden ser relatadas desde el lenguaje académico y escrito, sino que deben explorarse nuevas formas de narrar. En ese sentido, se hizo un llamado a promover las artes plásticas y gráficas, los lenguajes literarios, el teatro, la danza, la música, entre otras, como potenciales mecanismos narrativos y también como motores de la reconstrucción de las memorias y de su apropiación por parte de la sociedad. 


  1. Pedagogías de las memorias: territorializadas, participativas, interétnicas e intergeneracionales


Los y las participantes de la Semana por la Memoria coinciden en la necesidad de promover —junto con las comunidades, escuelas territoriales de pedagogías de la memoria y la paz que propicien el diálogo— la juntanza, los intercambios de saberes y los encuentros interétnicos e intergeneracionales alrededor de las memorias vivas.


Además, le proponen al CNMH acompañar, impulsar e implementar estrategias participativas para sistematizar experiencias pedagógicas relacionadas con las memorias de las víctimas, sus procesos de resistencia y sus apuestas de transformación social.


La memoria, dice María Gaitán, es un conjunto de procesos vivos que no se pueden patrimonializar ni burocratizar:

Con iniciativas como la de las escuelas territoriales, queremos dar fuerza a las iniciativas y lugares desde donde la gente lucha por la memoria, incluso antes de que existiera el CNMH. Los procesos que queremos acompañar no pueden terminar solo en la publicación de un informe, sino que deben ser de largo aliento e involucrar a las comunidades en la transformación sociocultural de sus regiones y del país. 


  1. El Museo de Memoria de Colombia como eje articulador de lugares de memoria


El Museo de Memoria de Colombia debe funcionar como un eje de articulación desde donde se contribuya al fortalecimiento y creación de lugares destinados a la conmemoración de lo ocurrido en distintas regiones del país. De acuerdo con los y las participantes de la Semana por la Memoria, estos espacios deben reconocer el horror y el dolor de la guerra sin perder de vista el reconocimiento a las prácticas de resistencia tejidas por las comunidades. También deben permitir que las violencias y los relatos construidos alrededor de su explicación sitúen a los responsables, incluso si se trata del Estado.


La directora del CNMH explica que el Museo de Memoria de Colombia «hace parte de un complejo de memoria histórica y esclarecimiento de la verdad y, como tal, debe ser un espacio que no solo visibilice, sino que potencie las iniciativas de memoria que se tejen en el país». 


  1. Archivos para la memoria: que la sociedad entera los conozca


Otro punto clave para los y las participantes de la Semana por la Memoria está relacionado con la necesidad de avanzar en la implementación de una estrategia nacional y territorial para el fortalecimiento de las capacidades organizativas de los procesos, iniciativas, colectivos e instituciones que tienen relación con los archivos de las memorias del país. Esto permitirá que la sociedad conozca los archivos y las memorias que perviven allí.


De igual manera, se insta a las instituciones relacionadas a que se garantice la articulación entre los acervos documentales del CNMH y la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV). El legado de la CEV —señalaron los y las participantes— debe aportar elementos para que los procesos de investigación, las iniciativas de memoria y las estrategias relacionadas con la verdad, la memoria y la no repetición continúen con su labor.


  1. Ruta colectiva para la conmemoración del 9 de Abril


Finalmente, se propone la construcción de una ruta colectiva y participativa para la conmemoración del 9 de Abril, conocido como el Día Nacional de las Víctimas del Conflicto Armado y día de conmemoración del magnicidio contra Jorge Eliécer Gaitán. En particular, se propone que se realicen actividades descentralizadas de Bogotá y se permita la participación de los territorios y sus procesos locales o regionales. 


Por lo tanto, la sociedad colombiana —en particular las víctimas y sobrevivientes de la guerra— está expectante sobre el rumbo que puedan tomar las políticas, procesos e iniciativas de memoria en un momento crucial para Colombia, donde se intenta avanzar hacia la paz total. De manera que, durante el encuentro del pasado 9 de marzo, el mayor muisca, José Pereira, dijo que con estas propuestas se espera que «la memoria de la guerra circule en nuestro país como circulan los ciclos de la naturaleza: como circula el agua y el aire y que, circulando así, nos ilumine, como la luz de quienes ya no están, para avanzar, como sociedad, hacia un futuro en el que podamos compartir y existir como comunidad».