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Lanzamiento de Transformar lo vivido: memorias desde nuestros cuerpos

 

  • El 7 de julio, el Museo de Memoria de Colombia y la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales lanzaron oficialmente el especial web sobre violencia sexual dentro y fuera del conflicto armado en Colombia. 

 En la guerra, el cuerpo es el primer territorio impactado donde quedan las marcas de la violencia ejercida por los victimarios. «Al principio reconocíamos el abuso carnal violento, pero no habíamos mirado más allá», manifestó Ángela Escobar, coordinadora nacional de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales(RMVP). Para la lideresa, quienes sufren este flagelo «ya no pensamos en el día en que nos violaron, sino en sus consecuencias».

Pasar la página implica recordar y reconocer sus historias; sin embargo, «lo enfocamos mucho en que “no pude seguir estudiando” o que “fui desplazada”», señaló Escobar, pero destacó que los impactos ante la violencia sexual van mucho más allá. El mismo cuerpo les estaba hablando —a su manera— y mostrando los daños que ha recibido: algunas de las víctimas tienen incontinencia urinaria, cicatrices, depresión, ansiedad e incluso enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Tal como se plasman los daños en un territorio, lo que ocurrió en sus cuerpos terminó registrado en pliegos de papel. La Red de Mujeres Víctimas y Profesionales desarrolló un trabajo basado en cartografías de los cuerpos de mujeres cis y trans miembros de la comunidad LGBTIQ+, e incluso hombres heterosexuales. «Lo más interesante es que no tienen nombres, porque muchas veces no han dejado ese miedo de decir: “esta soy yo”», puntualizó Ángela.

Aun así, sin nombres y sin rostros, las cartografías fueron un impulso para lograr el especial digital sobre violencia sexual Transformar lo vivido: memorias desde nuestros cuerpos. Después de tres años de creación, el Museo de Memoria de Colombia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la RMVP lanzaron, desde la Casa de la Cultura de Barbosa (Antioquia), el interactivo web que recopila lo que piensan las víctimas, lo que quieren y lo que les pasó.

Sacar a flote: la guerra no se inventó la violencia sexual

Durante el lanzamiento el 7 de julio, las participantes mencionaron en más de una ocasión que la violencia sexual no nació con la guerra, sino que ha existido desde hace mucho tiempo atrás. «En los hogares, en la casa y en la misma familia se ha mantenido oculto», indicó Fanny Escobar, integrante de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales.

El especial web resalta la importancia de reconocer que ese tipo de violencias se intensifican en la guerra y están presentes día a día debido a un orden patriarcal. «El espacio más peligroso para una mujer es su propia casa, su propia familia», comentó el alcalde de Barbosa, Édgar Gallego Arias, quien no solo asistió al encuentro, sino que también aplaudió que la iniciativa contemplara a aquellas víctimas fuera del conflicto armado: «Todas tienen derecho a la justicia, la reparación y la no repetición».

«Voces que irrumpen»: un abismo de dolor en el alma de las víctimas

Desde los preparativos logísticos del evento, una cartelera llamó la atención con la frase «La violencia sexual en el conflicto armado: un abismo de dolor en el alma de las víctimas». La pancarta fue levantada por quien la escribió, Judith Ospina, integrante de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, para mostrar «ese vacío de tristeza y dolor» que llevan a cuestas.

Así como ella, otras mujeres se atrevieron a hablar gracias al trabajo de la RMVP. «La red ha sido como esa madrina o mamá nacional que nos ha acogido a nosotras», explicó Fanny Escobar, porque, después de recibir acompañamiento y asesoramiento, las víctimas regresan a sus regiones diciendo: «no es hora de callar, es hora de levantar la voz».

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Ese megáfono impulsado por la organización cuenta con voces diversas. «No solo fue mi cuerpo, sino también los cuerpos de muchas hermanas trans a lo largo del país», afirmó Catha Rendón, coordinadora nacional del grupo focal de mujeres trans víctimas de violencia sexual para la RMVP. Los grupos armados legales e ilegales les decían, por ejemplo, que «los cuerpos de hombres son de hombres y los cuerpos de hombres no pueden ser mujeres».

Esas voces que han irrumpido fueron recopiladas en el especial digital de violencia sexual. Según Rendón, las víctimas sienten tranquilidad con el lanzamiento: «Con esto vamos a empezar a visibilizar estas acciones que ocurrieron en el conflicto», dijo la coordinadora con la esperanza de que el proceso permita buscar «más respeto y tolerancia por las víctimas de violencia sexual».

 «Nunca será lo mismo, pero aquí estamos»

En la Casa de la Cultura de Barbosa, las voces de las víctimas resonaron. No solo se presentó el especial Transformar lo vivido: memorias desde nuestros cuerpos, sino que también hubo un conversatorio en el que el arte fue el protagonista. «Lamentablemente, la historia de nuestro país no nos ha permitido ver que el arte es fundamental en el desarrollo de la sociedad y la democracia», detalló Pilar Rueda, asesora en género de la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP); sin embargo, iniciativas como las de la RMVP buscan cambiar esa perspectiva.

«Vimos cómo el arte repara —precisó Ángela Escobar sobre el especial digital— y cómo el dolor, el sufrimiento, la vergüenza y la tristeza se convierte en algo bonito». No solo las cartografías y el interactivo son prueba de ello, sino que el mismo encuentro les permitió llenarse de «valentía y empoderamiento,convirtiéndonos en sanadoras, en constructoras de paz», manifestó Judith Ospina.

El arte permite transformar y así lo demostró la Mesa Municipal de Víctimas de Medellín con su obra Ponte en mis zapatos. Los actores interpretaron las historias de aquellas y aquellos que habían sufrido distintas violencias durante el conflicto, mientras las espectadoras no apartaban la mirada ante lo que veían, incluso si se les atravesaba unas cuantas lágrimas.

«El arte nos ayuda a sacar, a sanar y a liberar nuestra alma», concluyó Fanny Escobar. Si bien considero que las víctimas son como un espejo roto porque «nunca vuelven a ser igual», también han aprendido a sanar: «En el especial vi esas mariposas en el fondo y yo siento que soy una de esas, que ahora puedo volar, que por medio de la escritura pude soltar».