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Mocao, a tres años del 9S: sus resistencias y peticiones

En vísperas del aniversario del asesinato de Javier Ordóñez a manos de miembros de la Policía, jóvenes víctimas de violencia ocular comparten sus expresiones de memoria y resistencia y hacen llamados a la institucionalidad. 

Una de las formas de resistencia de Mocao es una performance. Pronto presentarán una obra de teatro que recrea sus memorias y luchas. Foto: Camila Galindo para el CNMH.

Fuerte y alto, como siempre lo han hecho: así hablaron los jóvenes del Movimiento en Resistencia Contra las Agresiones Oculares del Esmad (Mocao) durante el primer foro sobre la transformación policial «¿Policía para la paz y la convivencia?». El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (CMPR) de Bogotá acogió este espacio, cuya primera parte fue un reflejo de lo que se vivió en las calles de Colombia desde el 9S, hace ya tres años, luego del asesinato de Javier Ordóñez durante la pandemia.

«Venimos nada más y nada menos que del estallido social.

Duramos más de tres meses en las calles luchando.

Éramos miles, miles y miles de jóvenes.

Pintamos las calles, las ventanas y los transmilenios.

Tumbamos la reforma tributaria de Duque y a dos ministros.

¡RESISTENCIA!».

Con esta elocuente declaración, los miembros de Mocao iniciaron una performance que hará parte, muy pronto, de una puesta en escena más larga que podrá apreciar el público. Teatro, rap, baile, break dance… un movimiento callejero que habla porque no sabe callar; que resiste porque esta nueva generación no es de quedarse a ver lo que pasa a su alrededor. Esta juventud actúa.

«Mocao es una familia que me recogió, que me enseñó a trabajar, a construir un mejor país, un símbolo por la violencia que ha dejado el Estado. Más que un mensaje, Mocao es vida, salud, prosperidad». Así lo declara Juan Pablo Fonseca en una de las pantallas del CMPR que no dejan de reproducir los videos caseros grabados por los jóvenes durante los días y noches del estallido social en lugares como Portal Resistencia, en Bogotá. Retumban las sirenas, los disparos, los gritos de alerta, la respiración acelerada de quien corre para escapar.

Todo esto hizo parte del telón de fondo de una conversación tan esquiva como necesaria. Luego del arte que retumba, como solo Mocao sabe hacerlo, llegó la conversación sobre la imperativa metamorfosis que, según los jóvenes, deben tener la Policía y la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (antes Esmad).

Juan Pablo Fonseca, de Mocao; Alexandra Bermúdez, del Ministerio de Defensa, y Óscar Ramírez, presidente del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (Cspp), junto al público asistente y a otros miembros del colectivo, coincidieron en la urgencia de un cambio de fondo en estas instituciones llamadas a velar por el orden.

El foro «¿Policía para la paz y la convivencia?» abordó las necesidades de cambio que encuentra Mocao en la institución. Foto: Camila Galindo para el CNMH.

Ramírez señaló que «la Policía sigue teniendo ese carácter pese a la transformación. La Policía seguirá teniendo ese carácter de contenedor frente a quienes intentan subvertir ese orden. Sin embargo, eso no exime que no puedan existir garantías, una existencia más pacífica, y que la Policía se restrinja a labores de seguridad y propias de su institucionalidad».

Sin embargo, como lo señalaron varios participantes y miembros del público, esta no es una lucha contra la Policía ni contra la fuerza pública. «Los avances que ha hecho la Policía y el Ministerio de Defensa se abonan, pero el tema aquí radical no es solo la reforma a la Policía, el gran problema es cómo el ministerio público, los entes encargados de ejercer justicia, deben cambiar. El tema acá es que, mientras sigan avalando de forma soterrada el actuar de la fuerza pública, estamos fallando», añadió Gustavo, un miembro del panel.

Una de las sugerencias del público fue que la reforma a instituciones como la Policía comience por cómo se juzga esta entidad, la justicia penal militar, la cual tiene limitaciones. Esto repercute en que la discusión sigue siendo la misma: a qué ministerio depende la entidad. También se sugirió incluir medidas relacionadas con la reparación a las víctimas.

Ramírez agregó que la invitación debe ser convocar a más instituciones. «Me parece bien que sea el sector defensa el que lidere», anotó.

Actualmente, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) viene adelantando una investigación sobre el estallido social que busca dar cuenta de la violación de derechos humanos durante el paro nacional, con un eje claro de memorias de la resistencia. Esas memorias que gritan, con rap: «Puse mi ojo por ti, pueblo. ¡Que el cambio sea un hecho!», como lo grita Mocao a rabiar.