Las mujeres y el conflicto: protagonistas en el Festival Internacional de Cine de Oriente

Las experiencias de resistencia lideradas por mujeres en el Oriente antioqueño y una muestra documental de sus memorias, atravesadas por el conflicto armado, se hicieron sentir en el Festival Internacional de Cine de Oriente, en Concepción (Antioquia). El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) hizo parte del Tiempo de Mujeres: El Poder Femenino, título del festival en su 17.ª edición, el cual rindió homenaje al impacto de las mujeres en el cine y en la sociedad.

A través de sus propias voces y de la proyección de piezas audiovisuales realizadas con el apoyo del CNMH, las víctimas del conflicto armado participaron en la muestra documental «Mujeres y conflicto armado». De esta manera, fueron protagonistas aquellas que tienen una relación de memoria y resistencia a partir del compartir de las plantas de sus jardines en la comunidad de Mesopotamia; las que nombran desde el arte la violencia sexual ejercida por los actores armados en Guarne; las lideresas del Salón de la Memoria en Alejandría, y las víctimas por la desaparición forzada de sus seres queridos en el Quindío.

«Se propició el intercambio de experiencias y de divulgación de trabajos del CNMH, para sensibilizar sobre la importancia de acompañar la reparación integral a las víctimas y sobre cómo este ejercicio les permitió venir a contar sus formas de resistencia», destacó Yuliana Arango, contratista de la estrategia de Territorialización y Transversalización del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Historias de mujeres en el conflicto armado

Los espectadores del Festival Internacional de Cine de Oriente conocieron, a través de seis documentales realizados con el acompañamiento del CNMH, las memorias de las mujeres en el conflicto armado. 

• Para nosotras no existe el olvido (2020). Diez madres de agentes de la fuerza pública muertos en medio del conflicto hacen visible el dolor de sus pérdidas, al tiempo que recuerdan las huellas que dejaron sus hijos e hijas en ellas y sus familias.
   
• Mujeres tras las huellas de la memoria (2012). Una historia sobre la resistencia de la población en el Bajo Putumayo, promovida en especial por las mujeres, ante la violencia ejercida desde los 90 por las FARC-EP y las AUC.
   
• Mujeres en la resistencia (2016). Cuenta las historias de tres iniciativas de memoria histórica: las Madres de la Candelaria, mujeres sobrevivientes a la persecución contra la Unión Patriótica (UP), y mujeres indígenas nasa que resisten a la guerra en Jambaló (Cauca).
   
• Las musas de Pogue (2015). Las historias que canta la comunidad de Pogue, en Bojayá, en forma de alabaos, y el papel fundamental de este dispositivo cultural para hacer frente a los impactos de la masacre ocurrida el 2 de mayo del 2002.
   
• Perfiles contra el olvido (2014). Cinco casos de personas y organizaciones de víctimas de desaparición forzada en el marco del conflicto armado, empeñadas en la búsqueda de sus familiares, y la ayuda que ofrecen a otras personas que sufren el mismo dolor.
   
• Operación Cirirí (2017). El caso de Fabiola Lalinde, madre de Luis Fernando Lalinde, desaparecido en 1984 por miembros del Ejército Nacional, quien se convirtió en una de las primeras víctimas de desaparición forzada reconocidas en Colombia.

La emoción y la acogida de los asistentes marcaron los diferentes espacios del festival, que llevó su muestra de los aportes de las mujeres a la producción cinematográfica y, a la vez, abrió reflexiones, desde las memorias de nuestro país, en lugares emblemáticos del municipio de Concepción, en el corazón del Oriente antioqueño. Es así como figuras de la producción cinematográfica en Colombia como Camila Loboguerrero, Helena Mallarino y Yira Plaza O'Byrne, y escritoras como Marga López y Ángela Penagos compartieron sus experiencias en talleres, conferencias y foros.

«Yo creo que todas las personas tienen cosas por contar, y esas pequeñas historias que se van narrando son las que, al final, permiten reconocernos en la diversidad, reconocer lo que somos», señaló Yira Plaza, directora del documental El rojo más puro (2023), quien participó como tallerista en el Festival Internacional de Cine de Oriente.