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San José de Playón, Arroyo Grande y sus veredas lleva sus memorias del conflicto armado a una serie documental

  • El plan integral de reparación colectiva de este corregimiento de María La Baja, en el departamento de Bolívar, inicialmente solicitaba socializar el informe ‘Alza tu barrilete’, que se publicó en 2015.
  • A través de un producto audiovisual de seis episodios, los habitantes de este territorio cuentan sus orígenes, tradiciones y hechos más importantes vividos a raíz de la llegada de actores armados, pero también sus luchas y resistencias, y reclamos de garantías de no repetición, en un proceso acompañado por la Estrategia de Reparaciones del CNMH.

“Esto era un playón, y dijeron: “Regalémosle un santo”, y esto es San José de Playón”. En esta frase, dicha por una de las habitantes de este corregimiento de María La Baja, en el departamento de Bolívar, se resume la historia del nombre de esta región, cuyo poblamiento empezó en 1825, al que le siguió la fundación de sus veredas.

Así empieza «San José de Playón, Arroyo Grande y sus veredas: Territorio de PAZ», una serie audiovisual que se desprende del plan integral de reparación colectiva de este corregimiento, y que fue acompañado por el equipo de la Estrategia de Reparaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica. Este plan busca socializar el informe Alza tu barrilete, resultado de una medida de satisfacción que buscaba reconstruir la memoria y recuperar el buen nombre de los habitantes de esta región de María la Baja, y que fue publicado en 2015 por la Unidad para las Víctimas, la Organización Internacional para las Migraciones y la colaboración del CNMH.

Rodeado por una gran represa, San José de Playón, territorio de actividad agrícola vivió la tranquilidad hasta la década de los noventa, más exactamente entre los años 96 y 97, cuando comenzaron las apariciones fugaces de los paramilitares en el corregimiento. “La entrada de las AUC fue muy gradual. Ellos, primero, en los años 97, 96, se venían desplazando desde el departamento de Sucre. Ellos hacían unas llegadas fugaces hacia el municipio de María La Baja. Uno, ya conociendo todo lo que venía pasando en el departamento de Sucre, conocía los estilos de cómo ellos se movían y qué hacían. Uno desde acá escuchaba las masacres, las muertes, los desplazamientos, que pasaban en el departamento de Sucre. Entraban en una camioneta cuatro puertas. La gente, cuando la veía, decía: “No, esos ya son ellos”. Pero entraban, salían…”. Así lo recuerda Edilberto Sanabria, uno de los habitantes del corregimiento.

Una comunidad que espera justicia y reparación

“Los paramilitares buscaban pretextos para matar a la gente y causar terror”, agrega otro testimonio, que alimenta las voces, sentires y experiencias de los habitantes para narrar la historia de su comunidad y las afectaciones que vivieron a causa de la presencia y acciones de los grupos armados. Pero todo no queda ahí, porque lo que especialmente busca este producto audiovisual es evidenciar que, a pesar de los daños, este territorio lo habitan personas resilientes que construyen paz desde su cotidianidad.

Pese a haber vivido los embates del conflicto armado, una de las particularidades que halló el equipo de la Estrategia de Reparaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica es el sentimiento de injusticia que pervive en la comunidad, porque las estructura armadas que, en algún momento se desmovilizaron por la Ley de Justicia y Paz, no reconocieron en ningún momento lo que sucedió en este  territorio.

“Dentro de las particularidades de este proceso encontramos que, aunque ha sido una de las comunidades que más han sufrido el impacto del conflicto armado por el tránsito de los actores armados, por las masacres, los asesinatos que ahí se vivieron, sigue siendo un espacio geográfico, específicamente el corregimiento, invisibilizado en otros aspectos. Parece que por ser un pueblo pequeño no se le hubiera dado la trascendencia que se le debió dar. Por ejemplo, en las búsquedas que hacíamos sobre si las estructuras armadas que habían operado en esta región habían sido condenadas por alguno de los hechos ocurridos en San José de Playón, nos dimos cuenta de que no. Respecto al Bloque Montes de María, las AUC reconocieron  los hechos aledaños, menos lo que pasó en Playón”, cuenta Mónica Iza, quien lideró el acompañamiento de la comunidad en el territorio.

El reto de construir memoria en pandemia

Inicialmente, la medida de este plan de reparación era socializar el informe Alza tu barrilete, que la comunidad había hecho en 2015. Lo que se hizo fue retomar los hallazgos más importantes de dicho informe, más toda la información nueva, surgida entre 2015 a 2021, y se concertó una serie documental que lograra  abarcar los ejes narrativos más preponderantes para la comunidad de San José de Playón, Arroyo Grande y sus veredas.

Uno de los grandes retos de la producción audiovisual fue la pandemia del Covid -19, pues la medida de reparación llegó cuando se detonó el virus a nivel mundial. Con este panorama, la concertación de la medida inicialmente se hizo de manera virtual. Posteriormente,  cuando el pico de casos bajó y se pudo emprender rumbo a María La Baja, el equipo de la Estrategia de Reparaciones designado para este proceso empacó sus maletas y llegó a empezar las conversaciones y grabaciones con la comunidad.

“La comunidad estaba temerosa de recibir a personas que iban desde Bogotá. Pero lo sacamos adelante gracias a la disposición de la gente. Las personas siempre estuvieron  prestas a recibirnos con la intención de hablar de lo sucedido, de que el país se entere realmente de lo que les sucedió a los playonenses. Más allá del miedo del contagio de la pandemia, había un interés muy claro por poder narrar lo que había sucedido en los años álgidos del conflicto y de lo que está pasando actualmente”, resalta Iza.

Sobre la coyuntura actual, se hace referencia a la aparición y permanencia del Clan del Golfo o de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia, que hacen fuerte presencia en el territorio. “Es un espacio en el que ya no solo transitan, sino que han buscado algunas zonas específicas para permanecer allí. Por esta coyuntura, los agradecimientos y esfuerzos más grandes  son  para ellos y ellas, por abrirnos las puertas, recibirnos, dejar el miedo y, sobre todo, tener la fortaleza de hablar sobre esto que está sucediendo aún en medio del conflicto”, agrega Iza.

Precisamente, el último capítulo de la serie audiovisual se llama «Garantías de no repetición», haciendo énfasis en las demandas al Estado, para que reconozca que este conflicto no ha terminado, y que la comunidad está enfrentada a una realidad que ya vivió y que no quiere repetir.