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Cundinamarca les apuesta a la memoria y a la paz: así se vivió el «Encuentro Regional de Memoria» en Yacopí

 

«Yacopí es historias y memorias; hoy le apostamos a ser un territorio de paz para que desde el turismo sostenible, la pedagogía y la memoria se dé una nueva cara a un municipio que históricamente ha sido tachado como violento»: Ana Vega, profesora del Colegio Departamental Eduardo Santos.

Del 3 al 6 de octubre se realizó el «Encuentro regional de memoria» de Cundinamarca, en Yacopí, para avanzar con el proceso de consulta y validación hacia el Plan Territorial de Memoria Histórica de Cundinamarca y el cumplimiento de la Meta 90 del Plan de Desarrollo Departamental Proyecto de Memoria, Reconciliación y Acción. En el marco de una alianza del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Gobernación de Cundinamarca, la Alcaldía de Yacopí y el Colectivo Parchemos por Yacopí, participaron 27 delegaciones municipales, organizaciones de víctimas y colectivos artísticos y juveniles. 

Este importante esfuerzo de articulación también se dio desde el interior del CNMH, sumando los saberes y experiencias de cada área, con la participación de la Dirección General, Territorialización, la Estrategia de Comunicaciones a través de la Escuela de las Memorias, el Museo de Memoria, el Observatorio de Memoria y Conflicto, y el Archivo de los Derechos Humanos y la Memoria. Juntos y juntas caminando hacia el Plan Territorial de Memoria Histórica de Cundinamarca. 

El Plan Territorial es una metodología de trabajo colaborativo que el CNMH ofrece a las comunidades locales. Su objetivo es articular los procesos misionales para responder de manera articulada a las necesidades, intereses y procesos identificados de memoria.

Este encuentro permitió un intercambio de saberes y experiencias de construcción de memoria histórica en Cundinamarca, así como visibilizar los procesos de construcción de memoria que se adelantan en algunos de los municipios del departamento de Cundinamarca, en especial los de Yacopí, la localidad anfitriona de este evento. 

Este plan es el punto de partida para la concreción del Proyecto de Memoria, Reconciliación y Acción de la Gobernación de Cundinamarca. Junto con otras acciones institucionales, se generaron compromisos por parte de la institucionalidad, las alcaldías y la Gobernación para fortalecer los procesos de memoria en los municipios del departamento, así como crear, desde la acción colectiva, nuevos escenarios y un calendario de memoria para el 2025.

Además de las mesas de trabajo y diálogo sobre el Plan de Memoria, hubo lugar para realizar un convite campesino y un festival de la vida y la memoria, en un compartir de la palabra, el arte, la cultura  y el alimento, para reflexionar sobre el papel de las memorias de Cundinamarca y visibilizar sus iniciativas.  Así mismo, los niños y las niñas, junto con la profesora Ana Vega, del Colegio Departamental Eduardo Santos, expusieron la iniciativa pedagógica: «Museo de la Memoria: somos historia, somos memoria» 

El Museo de la Memoria ha sido una iniciativa liderada por la profesora Vega, y son las niñas y los niños quienes ponen en sus voces los relatos de personas afectadas por el conflicto y dan paso a la recuperación de la memoria colectiva de Yacopí. Narran, además de los hechos dolorosos, las iniciativas que han dado paso a pensarse Yacopí como territorio de paz. Esta iniciativa busca crear un espacio de diálogo y aprendizaje para que las personas conozcan su historia, reflexionen sobre ella y tomen acción desde la cotidianidad.

Homenaje a Heráclita Fajardo, la mujer que veía con su corazón

 

En el marco del «Encuentro territorial de memoria», que se desarrolló en Yacopí, y con la presencia de la directora general del CNMH, María Gaitán, se realizó un homenaje a la señora Heráclita Fajardo, en memoria de su legado y en representación de su testimonio como memoria viva que resiste y que se transforma en acciones de paz.

Heráclita fue sobreviviente del 9 de abril de 1948 y del 2 de diciembre de 1952, cuando quemaron Yacopí y lo bombardearon por ser un pueblo liberal. En 1984, el 18 de agosto, el Ejército ejecutó extrajudicialmente a su padre, Juan Fajardo Aguirre, y lo presentó como guerrillero muerto en combate. Su hermano, Víctor Manuel Fajardo Bustos, desapareció desde 1955 en Chaparral, Tolima. Su sobrino Jairo Enrique Fajardo también desapareció desde 1989. Con los años y pese a los múltiples hechos de violencia que vivió, se convirtió en un símbolo de paz en el territorio, llevando con su voz un mensaje de reconciliación.

El pasado 9 de abril compartió en el evento de conmemoración del CNMH su testimonio de memoria viva, de la memoria que resiste, y nos dejó su visión sobre la importancia de la memoria para la construcción de la paz. Por ello, esta conmemoración tuvo un especial sentido, realizado en el territorio que Heráclita abrigó y con la presencia de más de 70 personas, entre ellas sus familiares, quienes abrazaron y agradecieron este espacio.  

«Gracias a todos los que están hoy aquí, nos hace felices que estén en nuestro municipio y se realice el homenaje a mi gran hermana y luchadora, que nos dejó hace unas semanas en cuerpo, pero sigue en nuestros corazones presente», Edelmira Fajardo, hermana de Heráclita.